la ISLA es el marco físico en el que vivimos y la insularidad resulta determinante en muchas expresiones de nuestra acción política, pero rechazamos la confrontación entre islas, el pleito insular como manifestación deforme de la lucha decimonónica por la capitalidad y el enfrentamiento insularista a la consideración política de Canarias como un todo, como Nación. La canariedad es “pancanariedad”, el sentimiento común y primigenio de que somos canarios por encima de todo, y de que la unidad de las Islas es un factor determinante e indeclinable para afrontar el futuro y enfrentarnos a cualquier situación adversa en lo político, en lo social y en lo económico. Esa consideración fortalece la idea de que el equilibrio y la solidaridad son principios esenciales para afrontar la diversidad territorial que en cada isla se manifiesta y la desigual distribución de la población canaria sobre el territorio: El Hierro, Fuerteventura, Gran Canaria, La Gomera, Lanzarote, La Graciosa, La Palma y Tenerife conforman un todo, con el mar que las une y las separa, que es el Archipiélago canario. Las comunidades de canarios en el exterior comparten ese mismo sentimiento de identidad única.
Insularidad sí. Pleito insular no
